La salsa de tomate casera es un alimento básico en la cocina italiana y un componente esencial de muchos platos queridos como la pizza, la pasta y lasaña. Es cierto que la salsa de tomate en frasco del supermercado es conveniente por la rapidez de preparar nuestros platos, pero tomarse el tiempo para hacer su propia salsa desde cero es increíblemente gratificante, le permite controlar los ingredientes y resulta tener otros beneficios que explicare más adelante.
Esta receta de salsa de tomate casera es sencilla de hacer y el resultado que obtendrás, es una salsa sabrosa y fresca. Cocinar la salsa a fuego bajo desarrollará el rico y complejo sabor del tomate. Puedes personalizar los condimentos según tus gustos. El resultado final es una salsa de tomate rica y suave con un delicioso sabor casero.
Acompáñame y descubre en esta receta, como puedes prepararla paso a paso de manera fácil, rápida y con ingredientes que de seguro tienes en casa. Conoce además como puedes conservar y almacenar, también te dejara una lista detallada de los ingredientes que puedes variar, de acuerdo a tus gustos e ingredientes disponibles en casa. Empecemos.
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Ingredientes Necesarios:
Para una salsa de tomate casera clásica, solo necesitarás unos pocos ingredientes simples:
- Tomates: Los tomates pera (Roma o San Marzano) funcionan muy bien porque tienen más pulpa y menos semillas.
- Cebollas: una cebolla amarilla o blanca proporciona una base aromática para la salsa. Añaden dulzura para equilibrar la acidez de los tomates.
- Ajo: los dientes de ajo añaden riqueza, complejidad y profundidad de sabor. Utilice ajo fresco, no ajo previamente picado de un frasco.
- Aceite de oliva: un aceite de oliva más afrutado es ideal para dejar que el sabor se transmita. Utilice un par de cucharadas para saltear.
- Hierbas: las hojas frescas de albahaca son un clásico de la salsa de tomate. Otras buenas opciones son el perejil, el orégano, el tomillo.
- Sal y pimienta: sazone al gusto con sal y pimienta negra recién molida.
- Azúcar: una pizca de azúcar puede ayudar a equilibrar los tomates ácidos. Aunque esta es opcional.
- Especias: las especias secas como hojuelas de pimiento rojo, hojas de laurel, semillas de hinojo o cilantro pueden proporcionar capas adicionales de sabor.
Equipo necesario:
Para hacer salsa de tomate casera, necesitarás algunos equipos y herramientas básicos de cocina. Estos son los elementos más útiles para tener a mano:
Ollas y sartenes
- Una olla grande o una olla con lados altos. Esto le dará suficiente espacio para que la salsa hierva a fuego lento sin que se desborde. El acero inoxidable o el hierro fundido esmaltado funcionan mejor.
- Una sartén mediana antiadherente. Lo usarás para saltear las cebollas y el ajo. Una sartén de acero inoxidable también funciona bien
Procesador de alimentos o licuadora
- Un procesador de alimentos o una licuadora son extremadamente útiles para hacer puré los tomates y obtener una salsa suave. Se prefiere el procesador de alimentos a la licuadora por su mayor capacidad.
Otras herramientas
- Cuchara de madera para revolver la salsa con frecuencia mientras hierve a fuego lento.
- Cucharón para repartir la salsa.
- Colador de malla fina o molinillo de alimentos para colar las semillas y la piel del tomate (opcional).
- Cuchillos, tabla de cortar, pelador.
- Cuencos para mezclar de varios tamaños.
- Tazas y cucharas medidoras.
¡Tener el equipo adecuado hace que cocinar salsa de tomate casera sea fácil y divertido! Invertir en unas cuantas ollas, sartenes y utensilios de cocina buenos vale la pena para todo tipo de recetas.
Receta de salsa de tomate casera
Prepara los tomates
Primero lava muy bien los tomates y corta a la mitad o en forma de x cada tomate. Ponga una olla con agua al fuego hasta que hierva, cuando empiece a hervir añada los tomates y cocina durante 30 a 60 segundos, luego páselos a un baño de hielo para detener la cocción. La piel de los tomates debe despegarse fácilmente.
A continuación, retira el corazón de los tomates y córtalos. Saque y deseche las semillas y la pulpa gelatinosa. Finalmente, pique los tomates en trozos de 1/2 pulgada.
Cocine las cebollas y el ajo
En una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agregue las cebollas y cocine durante 5 a 7 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que las cebollas estén traslúcidas y comiencen a dorarse.
Reduce el fuego a medio-bajo. Agregue el ajo y cocine por par de minutos más, revolviendo con frecuencia, hasta que esté fragante. Tenga cuidado de no dejar que se queme el ajo. Lo ideal es que adquiera un color dorado claro y se vuelva aromático.
La clave es cocinar la cebolla y el ajo lentamente. Este proceso de sudoración ayuda a resaltar su dulzura natural y su profundidad de sabor. Es un paso importante que crea una base sabrosa para la salsa.
Licue los ingredientes
Una vez que los tomates, la cebolla y el ajo hayan alcanzado la temperatura ambiente, estarán listos para ser utilizados. Llévalos a una licuadora o un procesador de alimentos y triture hasta obtener una crema espesa
Cocine a fuego lento la salsa
Agrega la mezcla, a la misma sartén donde fue sofrito la cebolla y el ajo, asegurándote de utilizar un colador de maya fina para evitar agregar la piel del tomate. Si desea agregar textura a su salsa omita el paso de colar.
Deje que la salsa hierva a fuego lento y remueve con frecuencia, al menos cada 5 a 10 minutos. Así evita que la salsa se pegue al fondo de la olla y se queme. Use una cuchara de madera o una espátula de goma resistente al calor para raspar el fondo de la olla mientras revuelve.
Cocine la salsa a fuego lento durante 25-40 minutos. Cuanto más cocines a fuego lento, más espesa, rica y concentrada quedará la salsa. Ajuste el tiempo de cocción a fuego lento según la consistencia y profundidad de sabor deseadas.
Los condimentos dan sabor
Los condimentos son los que realmente hacen brillar esta salsa de tomate casera y para que tu salsa realmente brille puedes utilizar algunas de estas opciones:
- Hiervas frescas versus secas
La albahaca fresca, el orégano o el perejil añaden un sabor brillante y vibrante a la salsa. Si usa hierbas frescas, agréguelas hacia el final de la cocción a fuego lento para que conserven su sabor y color. Las hierbas secas también funcionan bien, solo agrégalas desde el principio para que tengan tiempo de infundirse en la salsa. Una buena combinación es 1 cucharadita de orégano seco y 1/4 taza de albahaca fresca picada.
- Especias y aromas
Junto con las clásicas hierbas italianas, las especias como el ajo en polvo, la cebolla en polvo, el pimiento rojo triturado y la pimienta negra añaden calidez. Una pizca de azúcar ayuda a equilibrar la acidez de los tomates. Para darle un toque de riqueza, un par de cucharadas de mantequilla o aceite de oliva mezclados al final funcionan muy bien. Siéntete libre de ser creativo con especias como comino, pimentón ahumado o cayena según tus gustos. Solo recuerda, siempre puedes agregar más condimentos, pero no puedes quitarlos. Comience con cantidades más pequeñas y ajústelas según sus preferencias.
Últimos retoques
Los toques finales marcan la diferencia a la hora de hacer que la salsa pase de buena a excelente. No tengas miedo de seguir modificando hasta que el sabor y la textura sean perfectos para tus preferencias.
Prueba la salsa y ajusta los condimentos si es necesario. Agregue más sal, pimienta, hierbas o una pizca de azúcar para equilibrar los sabores. La salsa debe tener un rico y complejo sabor a tomate con notas sabrosas de las verduras salteadas.
Los sabores se concentrarán a medida que la salsa se enfríe y agregue más condimento si lo desea. Deje que la salsa se enfríe un poco y luego pruebe nuevamente.
Almacenamiento adecuado
Un almacenamiento adecuado te permitirá conservar la salsa casera durante más tiempo, por lo que debes tener en cuenta lo siguiente:
Contenedores de almacenamiento
- Utilice frascos de vidrio o recipientes de plástico sin BPA con tapas herméticas para refrigerar la salsa. Los frascos de vidrio funcionan muy bien.
- Para congelar, opte por recipientes o bolsas de plástico aptos para el congelador. Los recipientes de plástico rígido evitan que la salsa se queme en el congelador.
- Asegúrese de que los contenedores estén completamente fríos antes de sellarlos para evitar la condensación y el deterioro.
- Etiquete los contenedores con nombre y fecha antes de guardarlos.
Refrigeración y congelación
- Refrigere la salsa de tomate sobrante en un recipiente hermético hasta por 1 semana. Deje enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerar.
- Para un almacenamiento más prolongado, congele la salsa de tomate durante 2 o 3 meses. Deje que se enfríe por completo antes de transferirlo a bolsas para congelar o recipientes herméticos, dejando 1 pulgada de espacio libre para permitir la expansión.
- Al congelar, divida la salsa en porciones según el uso previsto para evitar que los desechos se descongelen más de lo necesario.
- Descongele la salsa congelada durante la noche en el refrigerador antes de recalentarla.
Beneficios de preparar salsa de tomate en casa
Preparar salsa de tomate en casa tiene numerosas ventajas que hacen que valga la pena. En primer lugar, la salsa de tomate casera es mucho más sana que la comprada en la tienda, ya que no contiene aditivos ni conservantes nocivos. Además, puedes controlar la calidad y la frescura de los ingredientes utilizados, garantizando que sólo se utilicen los mejores tomates y los más maduros. Esto también significa que puede personalizar el sabor según sus preferencias personales, añadiendo especias, hierbas y otros condimentos a su gusto.
Otra ventaja de preparar la salsa de tomate en casa es que resulta ser más rentable. Aunque comprar salsas de tomate enlatadas o en tarro puede parecer una opción más barata, no lo es, preparar salsa en casa es una solución rentable, sobre todo si tiene acceso a tomates frescos cultivados localmente durante la temporada alta. No sólo eso, sino que además, se puede obtener una mayor cantidad, lo que es ideal para conservar en lotes y congelar, proporcionando una solución de comida cómoda y fácil para las noches de semana ocupadas.
Por último, es una experiencia gratificante y agradable que te permite experimentar en la cocina y desarrollar tus habilidades culinarias. Es una forma estupenda de pasar tiempo con la familia o los amigos, y puede proporcionar una sensación de satisfacción y orgullo al crear algo desde cero. En general, las ventajas de preparar salsa de tomate en casa son numerosas, lo que hace que generalmente, sea una salsa más sana, sabrosa y rentable.